Psicología

El estigma y nosotros.

today1 octubre, 2023 91 243 4

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En un país donde los jóvenes representamos una gran proporción de la población, la salud mental y las diferencias significativas entra las generaciones pasadas con las de hoy, son un desafío que enmarca profundamente a la sociedad.  El contraste de valores, experiencias y perspectivas han existido durante mucho tiempo, pero en la era moderna, esta brecha ha tomado un nuevo matiz, afectando significativamente la salud mental de la población, en específico a la juventud.

Esta disparidad se manifiesta de distintas formas, en la manera de comunicarse, en las creencias, en los comportamientos, así como en las actitudes hacia la tecnología y el progreso tanto personal como social. Lo cual ha ocasionado la creación de barreras psicosociales entre las generaciones.

Históricamente, la sociedad ha experimentado cambios significativos. Por ejemplo, durante la Revolución Industrial, las formas tradicionales de vida y trabajo cambiaron drásticamente. La transición de una economía agraria a una industrial provocó un alejamiento de las prácticas y valores tradicionales.  Socialmente, existió una división entre los que abrazaron estos cambios y los que se aferraron a las formas de vida antiguas, la cual es comparable con las tensiones similares a las que vemos hoy en día.

La sensación de no ser comprendido o apoyado por quienes consideramos como nuestra red de apoyo, pueden ocasionar sentimientos de soledad, ansiedad, depresión, y demás trastornos. Además, la presión para adaptarse a las expectativas y al mismo tiempo enfrentar las demandas de un mundo digital es abrumadora, así como la lucha por encontrar una identidad en un mundo en constante cambio.

A lo largo de los años, he presenciado comentarios peyorativos y juicios desinformados que rodean los trastornos mentales en nuestra sociedad. Las personas han arrojado términos como «locura», «debilidad» y «exageración» a mi alrededor cuando se habla de las luchas con la ansiedad y la depresión.

Resulta sumamente difícil expresar el dolor que implica la incomprensión. La generación anterior a menudo no aprecia la importancia equiparable de la salud mental con la salud física. Nadie escoge sentirse abrumado por la ansiedad ni tampoco decide que la depresión te envuelva en su abrazo oscuro. Sin embargo, enfrentar estos problemas se convierte en un reto monumental cuando se debe lidiar simultáneamente con los estigmas.

El estigma de la brecha generacional enmarca leyendas como si portaran u estandarte de victoria, «en mi época, enfrentábamos nuestras adversidades sin necesidad de terapeutas». Sin embargo, lo que muchas personas no comprenden es que enfrentar problemas de salud mental no se trata simplemente de ser incapaz de manejar la vida. Se trata de una lucha interna constante, una batalla que muchos de nosotros enfrentamos día tras día.

La sociedad tiende a etiquetar a las personas que luchamos con problemas de salud mental como si fuéramos anómalas, como si nuestra batalla no fuera genuina. Pero esta batalla es muy real; Es una tormenta en la mente que nadie puede observar, pero que todos podemos sentir.

A pesar de estos desafíos, tengo esperanza en la educación y la empatía. A medida que he aprendido sobre mi propia salud mental, he descubierto que existen personas dispuestas a escuchar y comprender. Encontrando respaldo en las comunidades en línea, donde individuos similares comparten sus historias y nos brindamos apoyo mutuo.

Romper las barreras del estigma no es una tarea sencilla, pero resulta fundamental para nuestro desarrollo personal y social, así como el de las generaciones venideras.

Necesitamos más voces valientes que desafíen los prejuicios y las palabras hirientes. La sociedad tiene que concientizar que, buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía. Asimismo, es esencial implementar programas educativos eficientes en las escuelas y en las comunidades que desmitifiquen la salud mental y promuevan la aceptación y el respaldo.

Soy una joven mexicana que ha sentido el dolor de ser estigmatizada por su salud mental. Sin embargo, también soy una voz decidida a no permitir que los prejuicios me silencien y, estoy decidida a luchar contra el estigma, contribuyendo a la creación de un futuro donde las generaciones venideras no tengan que enfrentar el mismo dolor y, donde la brecha generacional se cierre mediante la conciencia y la empatía.

Escrito por Astrid Jensen Delgado

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