Pezoneras

Famosas y a veces odiadas.
Muchas veces salvan lactancias y otras las condenan.

 

Antes se recomendaban las pezoneras en cualquier caso o en cualquier dificultad que se presentara en la lactancia.

Muchas mamás, ante la falta de información y el miedo, las compran antes de que nazcan sus bebés por si surge algún problema recurrir a ellas.

La realidad es otra, te la cuento.

 

¿Cuándo pueden ser necesarias?

• Mamás con pezones grandes y la boca del bebé muy pequeña.
• Bebés prematuros. Al tener menos fuerza para succionar, puede ayudar que no se cansen tanto y que las tomas sean más efectivas.
• En grietas de repetición mientras se curan. Buscar siempre el origen de esas grietas: agarre, postura, frenillo limitante.
• En una relactación hasta que el bebé se acostumbre a mamar del pecho.
• Pezones realmente invertidos. Se dan muy pocos casos, la mayoría salen estimulándolos.
• Bebé que no se agarra al pecho. Después de haberlo valorado un experto en lactancia.
• Bebé con frenillo lingual corto o que tenga dificultades en la succión.

 

Es importante saber:

• Hay diferentes tamaños, al igual que hay diferentes tipos de pezones.
• Debe entrar el pezón y parte de la areola.
• De material blando.
• Con una muesca superior para que la nariz del bebé quede pegada al pecho de la mamá.
• Deben hacer el vacío y no moverse.

 

¿Son para siempre?

• Para situaciones concretas.
• Pautadas por una persona experta en lactancia tras una valoración.
• Retirarlas paulatinamente.
• Tener calma y paciencia.

 

Pero sobre todo:

Buscar siempre el origen del problema o dificultad.

 

Sara Eva Ayllón.

Asesora de Lactancia Certificada y Coach emocional.

Si te ha gustado mi artículo, puedes seguirme en mis redes sociales:

Instagram     Facebook     LinkedIn