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¿Quién soy yo?

today10 noviembre, 2023 13

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Conocerse a si mismo es el camino para adquirir fortaleza emocional y conseguir todo lo que desees
Adquiere fortaleza emocional

 

¿Quién soy yo?

Adquiere fortaleza emocional

Como seres humano, cuando nos ocurre algo desagradable, tenemos la tendencia innata a echarle la culpa a algo o alguien externo, que será responsable de las consecuencias de aquello que no ha salido como queríamos y nos ha perjudicado.

Ya sabemos que esta es una de las características de nuestra mente para evitar lo negativo y alejarse de lo que podría poner en peligro su supervivencia y en este caso de paso, ahorrar energía, que gastaríamos a veces en extremo, si nos reconocemos culpables.

También sabemos que estas son reacciones espontáneas de nuestra mente más primitiva que podemos y debemos reeducar si queremos considerarnos personas completas, maduras o en proceso de maduración, con una buena gestión de nuestras emociones y, sobre todo, personas que queremos dejar de vivir en el engaño al que nos lleva a veces la mente para pasar a adquirir fortaleza emocional.

Es lo que yo llamo ser “personas redondas”, capaces de asumir sus fracasos y sus errores como parte del aprendizaje de la vida y salir de ellos más fuertes, más empoderadas y empoderados.

Personas resilientes e incansables que viajan por la vida conscientes de los vaivenes de esta, de sus fortalezas y sus limitaciones, de sus áreas de mejora en lugar de sus debilidades, conscientes de que su curiosidad y sus ganas de aprender son el mejor carburante ecológico que les llevará a alcanzar su auténtico bienestar.

Capaces de discernir lo que se debe a factores externos y lo que se ha producido a causa de alguna acción o no acción nuestra. Capaces de reconocer nuestros errores, capaces de cambiar nuestras circunstancias si no son las más propicias para alcanzar nuestros objetivos.

Personas conscientes de las creencias limitantes que toda educación, por buena que sea, lleva implícita, conscientes de que es mejor pensar en soluciones que en culpables de los problemas. Conscientes de que hay que ocuparse antes de preocuparse.

Satisfechas y satisfechos porque este camino les hará sentirse poderosas y poderosos y así, podrán afrontar todo lo que la vida les depare. Que despiertan cada mañana sin miedo al devenir de ese nuevo día, sin miedo a aprender, sin miedo a equivocarse ni a fracasar, sin miedo a llevar la contraria a la mayoría, sin miedo a saltarse reglas absurdas o no, contentas y contentos de ser como son, sin prepotencia ni vanidad, simplemente personas satisfechas con su ser, coherentes con su vida.

Porque ser una persona poderosa es ser capaz de decir “me equivoqué”, “me salió mal”, “fracasé”… Eso que parece que la sociedad tiende a interpretar como una debilidad, no es lo es absoluto, al contrario, es la mayor manifestación de fortaleza mental y emocional, es lo que nos da fuerza para sobreponernos y seguir adelante. Es ser capaz de asumir la responsabilidad de lo que nos ocurre en la vida.

Porque si no somos capaces de reconocer nuestro errores, perdemos el control de nuestras vidas, dejamos de tener autonomía para pasar a depender de otros o de las circunstancias y corremos el riesgo de pasar a convertirnos en víctimas de nosotros mism@s, de dejar de ser las/los protagonistas de nuestras vidas y acabar siendo unos personajes elegidos por “otros”, por las circunstancias, … por los mil motivos que quieras, pues somos geniales buscando escusas que nos justifiquen.

“La gente está siempre culpando a sus circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. La gente que progresa en este mundo es la gente que se levanta y busca las circunstancias que quiere, y, si no puede encontrarlas, las hace.”
George Bernard Shaw

Eso es lo que yo llamo “personas redondas”, porque le redondez te permite fluir con la vida y si es necesario abrirte caminos y, como el agua, encontrar la manera de llegar a los destinos que deseas.

¿Cómo podemos conseguirlo?
Desde mi experiencia personal y como coach, la única manera es atreverte a iniciar un viaje a tu interior para conocerte de verdad, no como crees que eres o como los demás te han hecho creer que eres, sino para descubrir tu auténtica identidad, lo que de verdad quieres y no quieres en tu vida, lo que de verdad eres.

Como siempre esto es muy fácil de escribirlo y no tanto de hacerlo realidad, o sí.

¿Qué es lo que nos frena o nos impide mirar a nuestro interior?
Yo creo que es el miedo a lo que puedo encontrar, a descubrir que has vivido una vida creada por los demás, maquillada al gusto de la moda de la sociedad. Quizás a no gustarte o descubrir que como eres en realidad no gustarás a los demás.

Miedo a sentirte diferente, a ser diferente y que ello te lleve a la soledad o a sentirte sola o solo, aunque muchas veces la peor soledad es la que sentimos en compañía.

También nos frena la comodidad, que es más fácil dejarse llevar por lo establecido que iniciar un camino de descubrimiento interior, no sea que resulte que soy diferente a la mayoría y me arriesgue a ser objetivo de críticas, a quedarme desplazada o desplazado, a quedarme sola o solo otra vez.

Y…¿Cómo iniciar este camino?
Creo que lo primero es desarrollar nuestra inteligencia emocional y discernir cuando la causa de los fracasos está en otras personas u otra cosa y cuando esté en nosotras y nosotros. Es posible que descubras que la mayoría de las veces está en ti, porque no siempre el resultado no esperado es por lo que hemos hecho, muchas veces es debido a nuestra inacción, a no haber hecho nada.

Creo que, en muchas ocasiones, si reflexionamos y miramos a nuestro interior con sinceridad, veremos que tenemos la opción de elegir, de decidir, a pesar de que de entrada creamos que no.

Y en esta elección es donde hemos de desarrollar la inteligencia ejecutiva, la que nos hace parar, valorar opciones, la inteligencia que se encarga de dirigir todas las capacidades humanas: utilizar los conocimientos, gestionar las emociones, resolver las dificultades, establecer objetivos a largo plazo, aplazar las recompensas inhibiendo las respuestas inadecuadas. En ella tiene su origen la libertad humana, incluyendo la libertad de equivocarnos y aprender.

Reconocer nuestro errores y aceptarnos cuando nos equivocamos como seres imperfectos que somos afortunadamente, porque ¿Qué es la perfección?

Aceptarnos como somos, que vamos aprendiendo de error en error, y que ese aprendizaje, aunque es posible que no disminuya el número de errores, que nos lleve a que sean diferentes, pues quien comete siempre el mismo error es porque no ha aprendido nada.

“Si cerráis la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera.”
Rabindranath Tagore

Siendo capaces de aceptar las críticas de los seres que nos quieren bien, de pedirlas si no nos dan feedback de nuestras acciones, de dejar nuestro orgullo aparcadito y llenarnos de humildad para ser sinceros con nosotr@s mism@s y luego con los demás.

Nada hay más potente que poder contrastar nuestras creencias con otras personas para tomar consciencia de las diferentes realidades de cada una, ser consciente de que lo que en un momento podemos ver como una verdad absoluta, se moldea o se derrumba ante las diferentes visiones de la misma realidad que otr@s comparten con nosotr@s.

Este camino de autoconocimiento se recorre paso a paso, con paciencia, errando y rectificando, siendo perseverante y con mucho amor, compasión y aceptación hacia un@ mism@.

Cuando actúas de esta manera, de repente, te haces más tolerante, el corazón se te llena de comprensión y compasión respecto a otras personas cuando fallan o fracasan. Tienes un sentimiento de pertenencia universal, sientes una especie de “yo también soy humana o humano” y eso es bueno para mí y para los demás.

De esta manera construiremos una relaciones sanas con nostr@s mism@s y con las personas con las que estamos en contacto profesional y personalmente, y en este viaje nos convertiremos en seres auténticos, coherentes, …redondos.

Por suerte, está en nuestras manos cambiar esta tendencia innata de nuestra mente y así, convertirnos en personas emocionalmente inteligentes y sanas para adquirir fortaleza emocional, esa fuerza imparable que nos llevará allí a donde queramos ir.

¡La persona más interesante que puedes conocer y que más satisfacciones te dará en la vida eres tú!

Un abrazo
Elvira

 

 

Escrito por Elvira Mansur Nauffal

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