Hasta aquí llegamos
Hablemos de límites, aquellos que no ponemos a los demás y tampoco, a nosotros mismos. Disponemos de un arma arrojadiza, la de echarle la culpa al otro, lanzando esa famosa partícula emocional, el “me”. Me hizo, me gritó, me engañó. Nos lo llevamos a nuestro terreno personal, donde nos revolcamos en el fango una y otra vez, sin pararnos a pensar que esa persona no me engaña, esa persona, simplemente […]