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Asertividad para trabajar la personalidad introvertida y la timidez.

today8 marzo, 2025 29 12

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Foto: Redd Francisco. Fuente: Unsplash.com

Ya sabemos que mientras la timidez es un estado superable de la persona que siente cierto malestar cuando socializa, en el caso de la introversión es un rasgo de personalidad caracterizado por la tendencia natural a centrarse en el mundo interno, disfrutar de la soledad y preferir interacciones sociales más reducidas pero significativas, entre otras muchas cosas por supuesto.

Sin embargo, aunque en el caso de las personas introvertidas prefieran la soledad elegida en cierto porcentaje más alto que las personas extrovertidas, precisamente esa frecuencia menor de interacción social hace que en muchos casos, muchas de esas personas puedan sentir ciertas dificultades a la hora de llevar a la práctica las habilidades sociales esenciales para interactuar con otras personas. Es decir, el hecho de socializar menos, evidentemente hace que las personas introvertidas tengan menos tendencia a practicar las habilidades sociales y eso a su vez hace que les resulte más difícil cuando llega la hora de socializar. Esto hace que el acto de socializar en muchas personas introvertidas pueda convertirse en un reto. A su vez, para las personas que sienten timidez o cierta inseguridad al socializar, igualmente es un reto el llevar a la práctica las mismas habilidades sociales que les pueden permitir esa fluidez y ese trabajo de superación de dicha timidez.

En este artículo vamos a conocer más a fondo la habilidad de la asertividad, los beneficios que nos aporta y cómo podemos trabajarla.

¿Qué es la asertividad?

La asertividad es la capacidad de expresar ideas, emociones y derechos de manera clara, respetuosa y equilibrada, sin caer en la agresividad ni en la pasividad. La asertividad es un ejercicio bidireccional, es decir, nos ayuda a defender nuestras ideas y emociones, mientras que también nos permite respetar las ajenas entendiendo que tenemos derecho a sentirnos mal en un momento dado por algo que haya hecho la otra parte. Este ejercicio de comunicación implica comunicar nuestras necesidades sin sentir culpa ni temor, respetando al mismo tiempo las opiniones y sentimientos de los demás. Para una persona introvertida por naturaleza, o en su caso para la que está pasando por un estado de timidez, lo cual por supuesto se puede superar, desarrollar la asertividad puede marcar la diferencia en la calidad de sus relaciones y su bienestar emocional.

¿Qué beneficios tiene la asertividad en el trabajo de la comunicación, para las personas que socializan menos?

  1. Mejora la habilidad para expresar pensamientos y emociones: La asertividad nos permite a comunicar nuestras ideas con confianza, evitando que sean malinterpretadas o pasados por alto. De hecho, si en algún momento usando la asertividad la otra parte decide malinterpretarlo para usar eso a su favor, ya sabemos que ha sido una decisión suya y no un mal uso de la comunicación por nuestra parte. Es decir, si defendiendo nuestra idea u opinión, la otra parte se molesta de algún modo ocurre que ha decidido molestarse y también ocurre que tendría el derecho de molestarse si así lo quiere, sin embargo, eso no hará jamás que seamos responsable de su propia decisión. De ahí que la asertividad sea bidireccional y no solo una herramienta de respeto a una sola parte o a otra: “Yo respeto que te hayas molestado si así lo sientes, pero también respeto que mi idea ha de ser expuesta”.

  2. Fortalece de la autoestima: Aprender a respetar nuestro derecho de expresar necesidades y derechos, refuerza la seguridad en uno mismo y reduce la autocrítica excesiva. Además, nos ayuda a sentirnos más fuertes y seguros con respecto al hecho de que las otras personas no tengan por qué compartir nuestra visión.

  3. Crea relaciones interpersonales más saludables: La comunicación asertiva mejora la comprensión y el respeto mutuo en las interacciones sociales, siempre que sea bidireccional, claro está.

  4. Reduce del estrés y la ansiedad: Expresar pensamientos, opiniones, ideas y formas de ver la vida sin temor a la confrontación o el rechazo ayuda a disminuir la tensión social y nos hace ganar en fluidez en la comunicación.

  5. Mejora la autonomía y la toma de decisiones: La asertividad facilita la defensa de los propios intereses sin depender de la validación externa. Mientras que el hecho de guardarnos nuestras ideas hace que sintamos el temor a no ser validados o aceptados. El miedo al rechazo es lo que motiva lo contrario al ser asertivos.

  6. Nos ayuda a poner límites: Está claro que en la vida y en las relaciones es necesario tener límites y es necesario hacer que respeten esos límites. Bien, pues el uso de la asertividad nos da el escudo para que esos límites no sean traspasados. ¿Que aún así pueden ser traspasados? ¡Por supuesto! Pero es esa misma asertividad la que nos da el poder de decidir cómo reaccionar de manera libre y consciente frente a esa falta de respeto, ¿Te enfada? Pues enfádate y expón de manera asertiva ese malestar. ¿Que te conviene romper la relación con esa persona? Lleva a cabo los actos necesarios para romper dicha relación sin sentirte culpable y como respeto a tus propios límites. ¿Que esa persona se enfada? Podría tener derecho a enfadarse y a exponerlo, pero eso no elimina el hecho de que tú también tienes derecho a seguir con el acto de romper esa relación. En resumidas cuentas, todos tenemos derecho a sentirnos como lo hacemos en cada momento, pero cada uno de manera individual tiene también el deber de aceptar las consecuencias, para bien o para mal y si lo hacemos de la manera correcta, con respeto y bidireccional, la decisión de la otra parte es solo eso, su derecho y su decisión.

  7. Enriquece las comunicaciones: a largo plazo, nuestra comunicación se verá enriquecida y fortalecida con todo el mundo. Nos sentiremos más libres y más seguros. Podremos comunicar mejor y nuestras ideas se comprenderán mejor en todos los aspectos.

Herramientas y tips para desarrollar la asertividad.

  1. Practica la autoafirmación: Reconocer el valor de las propias ideas y emociones es el primer paso para expresarlas con confianza. Reconócete y respeta tus propias opiniones.

  2. Aprende a decir «no» sin culpa: Establecer límites claros es una clave para evitar la sobrecarga emocional y el agotamiento social. Si esos límites son traspasados, simplemente aléjate del lugar y las personas con las que estás. Precisamente ese acto de alejamiento es lo que te da valor frente a los demás.

  3. Usa la comunicación no verbal: El lenguaje corporal, el contacto visual y el tono de voz adecuado refuerzan el mensaje que se quiere transmitir. Seguridad en uno o una misma, convencimiento, defensa de nuestras propias ideas, las cuales son igualmente válidas como las del resto.

  4. Prepárate para situaciones sociales: Ensaya respuestas y escenarios potenciales, ya que esto te ayudará a ganar seguridad en interacciones complejas. Reduce el estrés y te hace ganar en seguridad.

  5. La técnica del “Disco rallado”: Cuando nos sentimos sobrepasados en una situación en donde hay una persona que insiste e insiste en que hagamos algo que no deseamos hacer, podemos utilizar la técnica del “Disco rallado”. Esta técnica consiste en usar una frase clara, concreta y concisa de manera asetiva y repetirla hasta que a la otra persona no le quede más remedio que desistir. No entras en discusión, no cambias la argumentación, no pones excusas, simplemente repites una frase asertiva para poner límites y que la otra parte vea de manera clara que no vas a ceder. Normalmente este acto deja claro que no hay cabida a una discusión y la conversación suele finalizar por cansancio de la otra parte. Para ello puedes usar frases del tipo “Entiendo perfectamente que necesites que haga X cosa, pero ahora mismo no me apetece/No tengo tiempo/No va en coherencia con mi forma de pensar…”. La otra persona insistirá, pero nosotros volveremos a repetir la misma frase una y otra vez, de esta manera estaremos también fortaleciendo la rotundidad y la intención de no cambiar de idea. Cuando la otra parte vea que no vas a dar tu “brazo a torcer”, dejará de insistir porque simplemente no ve salida a la discusión a su favor.

  6. La técnica del “Banco de niebla” (Fogging): Esta técnica consiste en dar la razón parcialmente a la otra persona, pero sin ceder en lo esencial si sabemos que lo que está haciendo la otra parte es atacarnos de manera tóxica y sin razones objetivas. Esto ayuda a reducir la confrontación y desactivar la agresividad del interlocutor. Se trata de aceptar sin discutir algunos puntos de la crítica o comentario del otro, pero sin cambiar de postura de forma asertiva porque debemos defender nuestra versión de lo ocurrido.

    Veamos un ejemplo en una conversación:

  • Persona A: «Siempre llegas tarde, ¡No te importa mi tiempo!.»
  • Persona B: «Es cierto que a veces no soy puntual, pero en esta ocasión avisé con dos días de antelación de mi imposibilidad de llegar antes, por causas de fuerza mayor
  1. La técnica del aplazamiento asertivo: Cuando una conversación se vuelve demasiado tensa o emocional, se puede posponer para otro momento en el que ambas partes estén más calmadas, además es lo mejor cuando nos sentimos sobrepasados por la reacción de la otra persona y esto se puede hacer de manera asertiva. Esto evita reacciones impulsivas y permite pensar mejor las respuestas.Veamos otro ejemplo:
  • Persona A: «Necesitamos hablar de esto ahora mismo, no vas a dejar de hablarme sobre lo que ha pasado
  • Persona B: «Prefiero hablarlo más tarde cuando estemos más tranquilos los dos y podamos encontrar una solución mejor.» o “Ahora estás muy nervioso/a y estás diciendo cosas que sé que no quieres decir. Prefiero hablarlo en otro momento cuando te calmes”.

De esta manera no estás zanjando la discusión, sino simplemente lo estás aplazando a un momento en el que se pueda pensar y hablar con más claridad. Es un acto totalmente asertivo y es en estos momentos en los que si la otra persona no acepta nuestra reacción, sabemos que es decisión de la otra persona tomárselo a mal, teniendo en cuenta que estamos actuando de manera respetuosa en las dos direcciones y que estamos respetando nuestros límites.

Cuando trabajamos las habilidades de comunicación, estamos entrenándonos para mejorar y fortalecer este área de nuestra v ida. A largo plazo, cualquier persona por poca práctica que tenga en la interacción personal, puede convertirse en un buen conversador y habrá ganado la habilidad de respetar y hacer respetar sus propios límites. De hecho, hay grandes introvertidos que son grandes conversadores e incluso grandes oradores y eso puede ser un don correctamente entrenado.

¿Deseas entrenar tu oratoria y tu capacidad de comunicación?

Eva María Arrabal Martín.

Coach personal, especializada en habilidades para personas introvertidas; coach empresarial y formadora, especializada en habilidades de ventas y comunicación. Autora del libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” y creadora de “Introverso”, el podcast para las personas introvertidas, podcast finalista en los premios IN-Cansables 2024.

Escrito por Eva Maria Arrabal Martín

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