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La magia de las “Serendipias” ¿Cómo puedo crearlas?

today13 noviembre, 2025 50 15 5

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Según la RAE (Real Academia De La Lengua Española), el término “Serendipia” significa un hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual.

La palabra fue acuñada de manera realmente mágica en 1754, por el escritor británico Horace Walpole, inspirado en una antigua obra persa de su biblioteca titulada “Los tres príncipes de Serendip”. En esa época esa palabra no tenía el significado que le damos justo desde entonces, sino que Serendip era el lugar en donde vivían los personajes, el cuál existió y era el lugar que hoy conocemos como Sri Lanka.

La obra hablaba de unos príncipes de la antigua Serendip, que hacían descubrimientos inesperados y valiosos, gracias a su sagacidad y a sus habilidades para relacionar entre sí hechos casuales.

De hecho, la creación de esa maravillosa palabra fue el fascinante resultado de una serie de serendipias que comenzó años antes, con la creación de las pinturas de la Capilla Sixtina. por parte del Maestro Miguel Ángel Buonarorttí. Sí, como se lee. Miguel Ángel decidió en su momento y de manera inspirada, añadir la figura de las Sibilas como representación de la visión de la llegada de lo divino. Las hizo presentes en la obra para que formaran parte del hecho tan grandioso como era el anuncio y la llegada de Dios.

Pero, ¿Qué son las Sibilas? Estos maravillosos personajes eran mujeres de la antigua Grecia que se caracterizaban por ser bellas y sabias. Tanto los griegos y los romanos atribuyeron a estas mujeres el don de adivinar el futuro.

Sabiendo quienes eran estas bellas damas, vamos a ver ahora cómo de la Capilla Sixtina, acabó naciendo el término mágico que hoy nos trae a este artículo, en el que te hablo sobre cómo crear las serendipias en nuestras vidas.

Durante la presentación de la obra de Miguel Ángel en su inauguración el 1 de noviembre de 1512 por parte del Papa Julio II, se encontraba presente la reconocida familia italiana Tramezzino. El padre de familia, fascinado durante ese evento, le pidió a su hijo que si alguna vez tenía hijos, los llevara al templo de forma habitual, porque en esa obra estaba todo lo que él o ella tendría que saber.

El hijo no pudo cumplirlo por sí mismo por causas de mudanzas, pero cuando uno de sus gemelos, Francesco, cumplió 20 años, volvió a Roma con la intención de fundar una editorial para introducirse en el mundo de la cartografía. Entonces la cartografía era lo más por causas de las expediciones y descubrimientos. En poco tiempo necesitaría la ayuda de su hermano Michele, al que llamó para solicitar su colaboración. Entonces, Michele decidió cumplir la petición de su padre en nombre de su abuelo y efectivamente visitó la Capilla, quedando profundamente maravillado.

Al unirse al trabajo de su hermano, le propuso por pura inspiración crear una editorial de obras variadas para que las personas pudieran leer de diferentes temáticas. Esa editorial se llamó Tramezzino y como sello personal y exclusivo, decidieron añadir las imágenes en relieve de las Sibilas en la primera hoja en blanco de cada obra.

La editorial trabajó durante mucho tiempo con éxito, algunas de sus obras continúan existiendo hoy día y son piezas anticuarias muy valiosas.

Pasó el tiempo y años después, allá por 1732, el rey Jorge II regaló a Sir Robert Walpole un edificio por sus servicios a la corona como primer ministro (El primer ministro registrado). En ese edificio había una biblioteca que contenía obras Tramezzino originales en italiano. Esa biblioteca fue heredada por su hijo, el escritor Horace Walpole, que acabó leyendo esas obras. Horace, se fascinó por la mentada obra “Los tres príncipes de Serendip” y acabó tomando esa palabra para hacer referencia a ciertas circunstancia “Mágicas”. La situación en la que se produjo ese primer registro de la palabra en una carta, fue una situación entre él y su mejor amigo, en relación a un cuadro de un retrato de la Duquesa de Toscana Bianca Capello, fallecida 200 años atrás. Horace al ver ese retrato por primera vez, se enamoró platónicamente de Bianca. Durante ese proceso de búsqueda y compra del cuadro por parte de su amigo para regalárselo a Horace como demostración de su aprecio, ocurrieron una serie de hechos que llevaron al escritor a describirlo como una “Serendipia” por primera vez en la carta de agradecimiento a su amigo.

Y aquí señores, es cuando nace la palabra “Serendipia” en el contexto que ha llegado hasta nuestros días. Todo un camino de serendipias en sí mismas para hacernos entender la “Magia de la vida”.

¿No es mágico todo en sí mismo?

Y es que hay descubrimientos que cambian vidas, o situaciones que vistas años después, pueden ser recibidas como un camino de preparación mágico, para llegado el momento, poder usarlas a nuestro favor para algo más grande.

Las serendipias también pueden ser momentos específicos que simplemente te cambian todo de repente. Conocer a una persona que luego resulta ser significativa en tu vida, reconocer un momento como una señal para tomar una decisión compleja. Encontrar la respuesta de repente para una pregunta difícil, en una situación que estás viviendo en un instante. Una circunstancia que te inspira una solución, etc.

De hecho, en la ciencia hay muchos descubrimientos que han ocurrido de manera accidental. Medicamentos que estaban siendo trabajados para un objetivo y acabó sirviendo para otras patologías que no habían sido debidamente tratadas hasta entonces. Algunos ejemplos como la penicilina, los Rayos X, el microondas, la Viagra, el LSD son algunos de ellos y son considerados como serendipias.

Hoy en día sabemos que la serendipia no es solamente una suerte pura. Sino qu es una combinación entre atención, curiosidad y preparación mental. El científico Louis Pasteur ya lo expresó mejor que nadie cuando dijo: “El azar favorece solo a las mentes preparadas.”

Las serendipias nos ocurren a todos y mucho más de lo que imaginamos. Sin embargo, hay dos maneras de actuar frente a ello. Por una parte están las personas que pasan por la vida en piloto automático y no entienden en muchas ocasiones ciertos resultados en sus vidas. Por otra parte están las personas (O los momentos de nuestras vidas) que deciden vivir atentas, en estado presente. Si bien no podemos estar presentes mentalmente todo el tiempo, sí podemos trabajarnos para estar presentes el máximo tiempo posible, además de trabajar el hábito de la meditación y la observación, para trabajar precisamente ese estado de presencia el la medida de nuestras posibilidades durante nuestro día a día.

¿Qué ocurre cuando las personas viven en el presente? Que somos más capaces de evaluar qué esta pasando ahora mismo, de evaluar qué pasó en el pasado y de cuestionar por qué estamos teniendo ciertos resultados. Y es ahí cuando podemos aprender a detectar ciertas serendipias en nuestras vidas. Es decir, “Claro, ahora comprendo porque me está pasando esto. Todo comenzó hace 5 años cuando tome X decisión, o me pasó “tal” cosa”. O “Fue cuando decidí tomar ese camino hace 3 años, que ahora me ha llevado hasta donde estoy, un lugar que ni siquiera imaginaba que pudiera ser”.

Una serendipia puede ser cuando te despiden del trabajo que considerabas estable. Decides estudiar algo que no tiene nada que ver, te reinventas y acabas teniendo éxito en el nuevo sector. No era un plan que tenías en mente hasta ese momento, pero ya que ha ocurrido lo has llevado a cabo. Cuando pasa un tiempo puedes sentir que tu éxito actual se debe a un despido inesperado.

La habilidad de la observación y estar presentes para detectar las serendipias

Aunque parezca increíble, vivimos rodeados de oportunidades, señales y conexiones invisibles por todas partes. Pero las prisas, la monotonía, la saturación de estímulos y el hecho de vivir en modo automático, nos vuelven ciegos a todo lo que nos rodea. La observación – esa capacidad de ver más allá de lo evidente – es el entrenamiento que permite que las serendipias sean detectadas. La habilidad de estar en el momento presente, nos puede permitir ver más allá de lo que tenemos solamente frente a nosotros. Podemos ver una reacción que otros no ven, un microgesto de desagrado o desaprobación, entre otras muchas cosas.

Los grandes descubridores, artistas e innovadores comparten una habilidad en común: no se limitan a miran, observan con detalle. Mientras el resto pasan de largo, ellos detectan patrones, detalles, coincidencias y anomalías que despiertan su curiosidad. Observan esos patrones, unen los puntos y encuentran respuestas. Como quien monta un puzle.

Observar con atención no exige ningún talento que sea extraordinario, al fin y al cabo es algo que puede entrenarse y fortalecerse. Sin embargo, implica tiempo para detenerse, escuchar, y permitir que el entorno te hable. Todo esto de manera deliberada y atenta. Pero no todo el mundo está dispuesto a detenerse, la sensación de falta de tiempo constante nos lleva a una vida en modo automático, que nos deja ver solamente lo que tenemos justo delante y a veces ni eso. Por esta razón es que con demasiado hábito podemos sentir frustración al ver que ciertas personas de nuestro entorno logran cosas, o consiguen ver cosas, donde nosotros no las veíamos.

Poder ver ciertas señales a tiempo, nos puede permitir tomar ciertas decisiones en ciertas circunstancias, que puede cambiarnos por completo la vida y si lo hacemos de forma consciente, puede resultar para bien.

Recordemos todas esas veces que nos dijimos “Si lo hubiera sabido antes”, “Si lo hubiera visto venir”.

¿Cómo podemos entrenar la observación para detectar serendipias?

Las serendipias no se buscan, pero pueden invitarse y de este modo, pueden dejarse ver. Pero para ello debemos estar atentos, debemos entrenar el hábito de estar aquí y ahora. Podemos no lograrlo siempre en cada momento, pero sí puedo asegurar que nuestro estado en nuestro día a día puede cambiar sobradamente como para que todo cambie y con el tiempo, veamos resultados mágicos.

Para esto podemos entrenar algunos hábitos o aprender algunos tips que nos van a ayudar a desarrollar esa mirada perceptiva y receptiva.

¿Cuáles son esos hábitos? Aquí te muestro algunos de ellos y si los llevas con cierto hábito, ya me contarás los cambios a corto plazo:

1. Mindfulness en tu día a día. Vive la vida un poco más despacio: toma el hábito de caminar más despacio, puedes recalcular tu agenda para hacer ciertas cosas, no tiene por qué ser todo, con más antelación. De esta manera, te invito a que observes los detalles de todo lo que ves y todo lo que sientes. Rostros, texturas, sonidos, ambiente, aire en tu piel, en tu cara, palabras, textos, lugares, situaciones, microgestos, reacciones, etc. La atención plena no es alimentada precisamente por la prisa.

2. Registra por escrito todo aquello que te sorprenda, por pequeño que sea: puedes tener un diario o un pequeño cuaderno que puedas llevar siempre contigo. Si te asombra algo por insignificante que sea, o bien te viene un pensamiento o conclusión curiosa a causa de algo que has visto o vivido, regístralo. Lee tus notas de vez en cuando. A veces ocurre que acabas uniendo diferentes puntos de diferentes momentos, para llegar a una conclusión final.

3. Cambia de vez en cuando tu entorno: la novedad ayuda a que estemos alerta. Si tomas un nuevo camino a tu trabajo, centro de estudios, etc., te podrías sorprender viendo cosas nuevas y teniendo pensamientos diferentes sobre ello. Esto además, alimenta la atención plena y la observación. También puedes tomarte un café en una nueva cafetería, dar un paseo por un lugar nuevo, etc.

4. Hazte preguntas y ponlo todo en duda: no asumas que todo tiene una explicación obvia, pregúntate: ¿y si esto significa algo más? O también puedes plantearte ¿Para qué me está sucediendo esto? ¿En lugar de ¿Por qué a mí? Cuando cambias la pregunta, se encuentran nuevas y mejores respuestas.

5. Medita: si practicas la meditación de forma habitual, entrenarás a tu mente para poder estar presente durante más tiempo y de manera controlada. El estar presente nos permite ver y sentir más cosas, incluso cosas que ya estaban ahí de antes pero no las vimos, simplemente ahora sí las vemos.

6. Confía más en en la intuición: la intuición existe y todo el mundo la tiene. A veces, cuando observas de manera atenta, intuyes cosas de lugares, situaciones, momentos o personas. Hazle caso a la intuición. Las serendipias muy a menudo, se detectan a través de la intuición. Si algo resuena en ti, préstale atención ¿Qué quiere decirte ese momento? ¡Escúchalo!

7. ¡Y con todo esto, por supuesto observa!: observa todo y a todos los que hay a tu alrededor, incluso si es la forma curiosa de una mancha en la pared que percibes mientras das un paseo. Esa simple mancha que acaba de sorprendente, aunque parezca inverosímil, puede traerte de repente un pensamiento y ese pensamiento puede traerte una emoción, o una conclusión, o respuesta a una pregunta que te hacías desde hace días y ese pensamiento puede llevarte a tomar alguna decisión. Todo podría ocurrir con una serie de pensamientos encadenados que inicialmente podía no tener importancia. Párate a pensar en eso.

Observar esa mancha también es Mindfulness, o habilidad de estar presente y el presente te puede dar señales.

Lo bonito de todo esto es que todo el mundo tenemos serendipias en nuestras vidas. Todas las vidas están llenas de serendipias, solo tenemos que prestarles nuestra atención.

Incluso este artículo podría resultar una señal, toda una serendipia en tu vida.

¡Te invito a que observes la magia de tu vida! Notarás el cambio.

Eva María Arrabal Martín.

Coach personal, especializada en habilidades para personas introvertidas; Coach y formadora de equipos, especializada en habilidades de ventas, postventas y comunicación. Autora del libro “Coaching, caminando hacia el Ikigai” y creadora de “Introverso”, el podcast para las personas introvertidas, podcast finalista en los premios IN-Cansables 2024.

Escrito por Eva Maria Arrabal Martín

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